martes, 27 de enero de 2009

Hola, inmersa entre el cansancio y la satisfacción de estar en casa, entre la nostalgia de que acabó y la felicidad por que sucedió escribo éstas líneas a mi regreso al hogar, dulce hogar, con un resfriado a cuestas y una nueva cara de la vida, indiscutiblemente interesante...

...Aún no me explico por que es tan fácil quererte tanto y tan rápido, si es tu sincera sonrisa al verte o tu expresión de niño travieso, esa estela de complicidad que nos une, la alegría de verte llegar y la gran sonrisa que me robas en ese momento, cada instante en que me haces reir, muchas veces sin siquiera hablar, tus expresiones, tus ocurrencias y tus momentos de seriedad, todos esos antojos y cenas a las que me arrastras... No sé como los años lograron que fuera dejando en el archivo del pasado esa gran persona que eres y lo excelente que la paso contigo, sin embargo solo bastó una sonrisa y un par de palabras para despojarme de ése caparazón de pena y seriedad que en ocasiones me arropa y sentirme de nuevo en confianza plena de ser solamente yo, en mi cien por ciento, el simple hecho de ver esa diversión y felicidad que irradias, que me contagias y que a pesar del cansancio que al regresar del trabajo denota tu rostro, estás siempre dispuesto a que pasemos un buen rato...Quien diría que ésto sería así?, jamás lo pensé y seguramente tu tampoco.

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